ELYSIUM

Es indudable que una de las variables que hacen que una película te guste más o menos es tu estado anímico ya que, en función de cuál sea el mismo, estarás más receptivo a un tipo de cine que a otro. No debería de ser así y, de hecho, no lo es en esencia, pero a buen seguro que la nota final que le damos a una película sería diferente si la viéramos en otro momento, con otra compañía o con menos cansancio. Algo similar sucede con las comidas y un día tenemos el cuerpo para paella, otros con mucha hambre nos comeríamos el jabalí de Astérix y otros vamos de fruta porque hay que compensar excesos. Mi madre, muchas de cuyas frases y refranes desconozco si procedían de la cultura popular o de su propia cosecha solía decir "pa judías tengo el cuerpo" cuando no le apetecía hacer alguna cosa, en clara referencia a que a veces no apetece determinado plato. Es precisamente en esa variedad en la que radica el gusto. Sería impensable comer todos los días garbanzos, no sólo por lo que le sucede a Klaus Kinski en "Woyzeck", sino porque nuestro paladar acabaría harto de la repetición. Bien, pues esto me ha sucedido a mí con "Elysium", la nueva película de Neill Blomkamp, director de "Distrito 9" con Matt Damon y Jodie Foster como intérpretes principales. Llevo todo el verano comiendo garbanzos y algunos de ellos mal cocinados: "El hombre de hierro", "Star trek", "Guerra mundial Z", Pacific Rim", "Lobezno", "After earth". Así que estoy cansado de ruidos, explosiones, vehículos que se desplazan por el aire haciendo diversas acrobacias y héroes que reciben palizas, disparos y cuchilladas sin ocasionar nada más que un momentáneo dolor. No digo que no me guste este tipo de cine, no quiero explicarme mal. Lo que pasa es que estoy saturado y "Elysium" ha sido la última gota. En cualquier caso trato de abstraerme del empacho veraniego y tampoco le veo mucha sustancia a esta película. La idea de partida me parece bastante buena: la Tierra está hecha un desastre llena de escombros y enfermedades y los millonetis se han construido una ciudad magnífica tipo Marina D´Or con unas cabinas de rayos uva en las que te metes y, en vez de ponerte moreno, te curas. Lo que pasa es que en lugar de edificarla en la playa, lo han hecho en el espacio. Original planteamiento (¿o no tanto?) que luego tiene un desarrollo nulo y, en mi opinión, ineficaz. Así que le voy a dar un 5 raspado.